Oviedo: Un viaje lleno de historia, cultura y belleza natural

Mi visita a Oviedo ha sido una de las experiencias más enriquecedoras que he tenido en los últimos tiempos. Esta ciudad asturiana, llena de historia, arte y una impresionante belleza natural, se ha ganado un lugar en mi corazón. A lo largo de los días que pasé aquí, descubrí que Oviedo no solo es una ciudad llena de encanto, sino también un lugar que ofrece una gran variedad de actividades para todo tipo de viajeros. Si estás pensando en venir, aquí te comparto algunos de los lugares que no te puedes perder para hacer de tu viaje una experiencia aún más completa.

1. La Catedral de Oviedo: Un recorrido por la historia

Uno de los primeros lugares que visité fue la Catedral de San Salvador, una de las principales joyas arquitectónicas de la ciudad. Situada en el corazón del casco antiguo, esta catedral es un claro ejemplo de la transición entre el estilo románico y el gótico. La fachada principal, con sus imponentes torres, es impresionante, y al entrar, el interior te deja sin palabras. Las vidrieras, los frescos y la capilla mayor son elementos que reflejan la riqueza histórica y cultural de Oviedo.

Lo que más me llamó la atención fue la Cámara Santa, un pequeño y solemne espacio dentro de la catedral que alberga algunos de los relicarios más antiguos y valiosos de España. La reliquia más famosa es el Arca Santa, que contiene los restos de los santos mártires, y que es considerado un símbolo de la monarquía asturiana. Visitar la catedral y sumergirse en su historia es una forma perfecta de empezar el recorrido por Oviedo.

2. El casco antiguo: Un paseo por las callejuelas medievales

Después de la visita a la catedral, decidí dar un paseo por el casco antiguo de Oviedo, también conocido como el Oviedo medieval. Caminar por sus calles estrechas, llenas de historia, me hizo sentir como si viajara atrás en el tiempo. Las casas de colores, los balcones de hierro forjado y las plazas acogedoras son una delicia para los sentidos.

Uno de los lugares que más me impresionó fue la Plaza Mayor, un lugar lleno de vida y rodeado de edificios históricos. Es el sitio perfecto para tomar un café y observar el ritmo tranquilo de la ciudad. Desde la plaza, se pueden explorar otras zonas como la Plaza del Fontán, donde se encuentra un mercado tradicional que ofrece productos locales frescos. Este mercado, con su ambiente vibrante, es un reflejo perfecto de la vida asturiana.

3. El Parque de San Francisco: Un remanso de paz en medio de la ciudad

En el centro de Oviedo, el Parque de San Francisco es uno de los pulmones verdes de la ciudad, un lugar ideal para descansar y disfrutar de la tranquilidad. Este parque, rodeado de imponentes edificios y árboles centenarios, es perfecto para dar un paseo relajante o incluso para hacer un picnic en sus amplias zonas ajardinadas. Me encantó la sensación de paz que se respira aquí, especialmente si te alejas un poco de los caminos principales y te adentras en sus rincones más tranquilos.

Una de las cosas que más me gustaron fueron las estatuas y monumentos que adornan el parque, como la Fuente de los Patos, que aporta un toque de frescura al entorno. No es solo un lugar para descansar, sino también para conectarse con la naturaleza y disfrutar de la belleza de los jardines.

4. El Museo de Bellas Artes de Asturias: Arte en su máxima expresión

Para aquellos interesados en el arte, el Museo de Bellas Artes de Asturias es una parada obligada. Situado en un edificio histórico, este museo alberga una impresionante colección de obras de arte, desde la pintura medieval hasta el arte contemporáneo. A lo largo de mi visita, pude admirar cuadros de artistas asturianos y españoles, así como una gran variedad de esculturas y piezas de arte decorativo.

Lo que más me sorprendió fue la calidad de las exposiciones temporales, que traen obras de renombrados artistas internacionales. Además, el edificio en sí mismo es una obra maestra arquitectónica, que combina lo antiguo con lo moderno de manera armoniosa. Si eres un amante del arte, este museo te ofrece una experiencia enriquecedora e inspiradora.

5. El Monte Naranco: Historia y vistas espectaculares

Si hay algo que caracteriza a Oviedo, es la cercanía de la ciudad con la naturaleza. Para disfrutar de unas vistas impresionantes de la ciudad y sus alrededores, no hay mejor lugar que el Monte Naranco. Este monte, situado a las afueras de Oviedo, es famoso no solo por su belleza natural, sino también por su importancia histórica.

En la cima del monte se encuentran dos monumentos de gran valor: la Iglesia de Santa María del Naranco y la Iglesia de San Miguel de Lillo, ambos construidos en el siglo IX y considerados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La arquitectura prerrománica asturiana que se encuentra en estos monumentos es única en el mundo y refleja la riqueza cultural de la región.

Al llegar al Monte Naranco, las vistas panorámicas de Oviedo y las montañas cercanas son absolutamente espectaculares. Si te gusta el senderismo, puedes disfrutar de una caminata por los senderos del monte, rodeado de naturaleza y historia.

6. La Ruta de las Sidras: Un paseo por la cultura asturiana

Asturias es conocida por su sidra, y Oviedo no es la excepción. No puedes irte de la ciudad sin probar una buena sidra asturiana, y una de las mejores formas de hacerlo es recorrer la Ruta de las Sidras. A lo largo de las calles del casco antiguo, especialmente en la zona de Calle Gascona, encontrarás numerosas sidrerías que ofrecen una experiencia auténtica de la cultura asturiana.

Una de las cosas que más me sorprendió fue el ritual de escanciar la sidra, que consiste en verter la bebida desde una gran altura para que se mezcle con el aire y adquiera el sabor perfecto. Además, las sidrerías ofrecen una gran variedad de platos tradicionales asturianos, como la fabada o los cachopos, que complementan perfectamente una buena sidra.

7. El Mercado de El Fontán: Un vistazo a la vida local

Otro de los lugares que visité fue el Mercado de El Fontán, un mercado cubierto en el centro de Oviedo que ofrece una gran variedad de productos locales, desde frutas y verduras frescas hasta pescados y embutidos asturianos. El ambiente en el mercado es muy acogedor y te permite sumergirte en la vida diaria de los ovetenses.

Una de las cosas que más me gustó fue la oportunidad de hablar con los comerciantes, muchos de los cuales estaban dispuestos a compartir sus conocimientos sobre los productos locales. Si estás buscando llevarte algo de recuerdo, este es el lugar perfecto para comprar productos típicos como la sidra, los quesos asturianos o la miel de la región.

8. La Universidad de Oviedo: Un paso por la tradición educativa

La Universidad de Oviedo, fundada en 1574, es una de las instituciones más antiguas de España y un elemento fundamental en la historia y el desarrollo de la ciudad. Durante mi visita, pude recorrer algunos de los edificios más emblemáticos del campus, como el Edificio Histórico, un bello ejemplo de la arquitectura renacentista asturiana.

Además, la universidad está muy conectada con la vida cultural de Oviedo, organizando eventos y actividades culturales durante todo el año. Aunque no soy estudiante, me resultó fascinante explorar los alrededores del campus y sentir la vibrante energía juvenil que se respira en la ciudad.

9. Disfrutar de la gastronomía asturiana

Oviedo es un destino ideal para los amantes de la gastronomía. Durante mi estancia, tuve la oportunidad de probar una gran variedad de platos asturianos. Desde la famosa fabada asturiana, un guiso contundente de fabes (frijoles) con chorizo y morcilla, hasta el delicioso cachopo, una especie de schnitzel gigante relleno de jamón y queso. No hay que olvidar los quesos asturianos, que varían desde suaves hasta muy curados, y la sidra, por supuesto, que es la bebida por excelencia de la región.

10. Oviedo por la noche: Una ciudad con vida

La ciudad no se duerme cuando cae el sol. Las calles de Oviedo cobran vida con el bullicio de los bares, cafeterías y restaurantes. Me encantó pasear por la ciudad por la noche, cuando la iluminación resalta los edificios históricos y las plazas, creando una atmósfera mágica. Hay muchos bares donde disfrutar de una copa de vino o una caña, y el ambiente relajado y amigable de la ciudad hace que sea un lugar perfecto para disfrutar de una noche tranquila.

Oviedo ha sido una experiencia increíble, llena de historia, arte, naturaleza y, por supuesto, gastronomía. Cada rincón de la ciudad ofrece algo único, y cada paso que di me permitió descubrir una nueva capa de esta maravillosa ciudad asturiana. Si estás planeando un viaje a España, no puedes perderte la oportunidad de visitar Oviedo.

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